Sueños y hambre de mi alma, saltos de mi razón, locura de mi inquietud, la perversión de mi consciencia suelta llantos de coraje.
Cada suspiro tiene un vocablo distinto, cada risa una canción muerta, mis ojos no paran de retar a mis manos, mi mente no para de girar.
Con cada línea se amenizan mis ansias, con cada letra se calma mi latir furioso.
Respirar no le da sentido a nada, mi actuar no le da sentido a nada. Encierro una briza que desea escapar, palabras de las que no soy dueña están guardadas bajo mi cama.
Momentos que no me pertenecen no pueden aflorar, el llanto de quien no nace grita en mi cabeza, los parpados de quien no vive se abren ante mí con reproches a oídos sordos.
Ese nudo en mi garganta no se disuelve, no desaparece. Aquel respiro que aguarda no me calma.
Esa palabra ya no guarda consuelo, no guarda paz, no trae cariño, no representa amor.
0 comentarios:
Publicar un comentario